Los girasoles ciegos, por Alberto Méndez

jueves, 22 de junio de 2017

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 Editorial Anagrama | 160 págs. | 13.90 €


"Ahora sabemos que el capitán Alegría eligió su propia muerte a ciegas, sin mirar el rostro furibundo del futuro que aguarda a las vidas trazadas al contrario. Eligió entremorir sin pasiones ni aspavientos, sin levantar la voz más allá del momento en que cruzó el campo de batalla, con las manos levantadas lo necesario para no parecer implorante y, ante un enemigo incrédulo, gritar una y otra vez "¡Soy un rendido!""


¿Quién no ha oído hablar de Los girasoles ciegos? Un conjunto de cuatro relatos cortos que dan voz a quienes dejaron de tenerla, a quienes normalmente no cuentan la historia: los vencidos, los derrotados. Siempre se ha dicho que la historia la cuentan los victoriosos y ganadores, porque son los que, precisamente, siguen vivos. Pero en esta pequeña obra se enmarcan cuatro historias diferentes, cuatro personas y familias, cuyas vidas se ven puestas del revés debido a la guerra civil española y a su resultado.

La obra está dividida en cuatro capítulos, con un título que nos enmarca en el año en el que sucede la historia, desde 1940 a 1943, los primeros cuatro años de la posguerra. Cada uno de las historias nos cuenta la vida de personas en diferentes situaciones de la vida. 


Así, en la primera historia se centra en el capitán Alegría, que pertenece al bando de los golpistas y que, el día antes de que estos ganan la batalla, decide rendirse al bando de los republicanos. Una acción que no será entendida por ninguno de los dos bandos. Pero el capitán, viendo que la guerra había supuesto más guerra, más sangre y más muertes decide tomar sus propias acciones, movido por el descontento y la decepción que le había supuesto seguir un bando y unos ideales que en otro momento habría creído correctos.

En la segunda historia nos centramos en un joven poeta de 18 años que se ve abocado a huir a las montañas con su mujer. Allí, tras la guerra, es donde nacerá el hijo de ambos y morirá su mujer, tras el parto. A modo de diario, el joven narra, página por página, su lucha diaria por sobrevivir en el frío de las montañas. Bajar es imposible ante la posibilidad de ser llevados a la cárcel. Por tanto, a través de las páginas narra los primeros meses del bebé y como poco a poco le coge cariño e intenta alimentarle a través de los pocos recursos. Allí es dónde ambos acabaran falleciendo debido al hambre.

La tercera historia nos sitúa en la prisión, donde un hombre, Juan Serna, está prisionero. En uno de los interrogatorios, descubrirá que conoció al hijo del capitán que le está interrogando. Allí es cuando verá su oportunidad para alargar su vida y empezará a relatar al capitán, y a su esposa, ansiosa de saber de su hijo, la heroicidad de este. Al final, cuando ve que a pesar de que el continua con vida, se siguen llevando a aquellos que le importan, decide de mentir y soltar la verdad: que su hijo era un conspirador y mal hombre. En el momento en que las palabras salen de su boca, se condena.

La cuarta historia se centra ya cuando han pasado unos años del final de la guerra y en una familia que vive con un secreto: el marido y el padre es un conocido activista republicano al que se le ha da por huido del país. Pero en realidad hace vida dentro de la casa. La familia tiene todo cuidadosamente estudiado por si vienes visitas o la policía de improviso. Las vidas de esta familia darán un vuelco cuando el profesor cura de la escuela del niño se fija en la mujer, a quien cree viuda y decida empezar a seguirla e investigarla, lo que pondrá en peligro el cuidado que ha tenido la familia hasta ahora.

Cuatro historias narradas de la forma precisa, aderezándolos con la cantidad justa de sentimentalismo y centrándose más en los hechos, la crudeza de la realidad de la posguerra, cuatro de las miles o cientos de historias que dejo la Guerra Civil Española y que nos muestran unas pequeñas pinceladas de lo que fue de muchas familias españolas. Una realidad que nos acerca Méndez para no olvidar, para humanizar la Guerra Civil, poner en palabras lo que ocurrió. Cada una de las historias nos llega a lo más hondo, nos muestra la fuerza y la voluntad de las personas y hasta donde podemos llegar por lealtad, amor e ideales.

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¿Habéis leído Los girasoles ciegos? ¿Lo conocíais? ¿Tenéis intención de leerlo?


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