"Montag, puedes creerme, he tenido que leer algunos libros en mi juventud, para saber de qué trataban. Y los libros no dicen nada. Nada que pueda enseñarse o creerse. Hablan de gente que no existe, de entes imaginarios, si se trata de novelas. Y si no lo son, aún peor: un profesor que llama idiota a otro filósofo que critica al de más allá. Y todos arman jaleo, apagan las estrellas y extinguen el sol. Uno acaba por perderse."
La realidad que muestra Farenheit 451 está un poco más cerca esta semana gracias a la nueva estocada que asestó el gobierno español a las Humanidades. La Literatura Universal, asignatura que ha sido optativa en bachillerato, desaparece del plan de estudios. Tras herir de muerte a la Filosofía, el gobierno ha decidido que la literatura es totalmente desechable también. Imagino que ellos aprendieron toda esa oratoria y esa tergiversación del discurso en clase de matemáticas.