Lolita, por Vladimir Nabokov

miércoles, 8 de febrero de 2017



Fuente: Anagrama.es

Anagrama | 392 págs. | 11.90 €

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse en el tercero, en el borde de los dientes. Lo-li-ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos siempre fue Lolita."


De esta forma comienza la obra más célebre del escritor ruso Vladimir Nabokov. Lolita, está considerada como una de las obras destacadas de la literatura universal y en concreto, de la literatura moderna. No exenta de polémica, el argumento se centra en la obsesión sexual que siente Humbert Humbert, un profesor universitario europeo, por Dolores, una joven americana de doce años.


Esta obsesión por las jóvenes pubescentes a las que denomina 'nínfulas' comienza en la adolescencia de Humbert Humbert. Un verano, conoce a Annabel, la hija de los señores Leigh, con quién su tía guarda relación. Bajo la estricta vigilancia de sus familias, la relación de ambos adolescentes avanza lentamente hasta que alcanza su punto álgido con una cita infructuosa. Los jóvenes no llegan a satisfacer su deseo sexual por lo que Humbert Humbert empezará a buscar nínfulas para intentar satisfacer ese deseo malogrado.

En un tono intimista, personal y muy característico del personaje que es Humbert Humbert, el lector se sumerge en la historia de la obsesión que da sentido a su vida. Humbert se presenta a sí mismo como un hombre diferente al resto, un hombre con unos intereses sexuales que no están socialmente aceptados. Así, para justificar su interés sexual por Lolita, hace continuas referencias a diferentes tribus o sociedades que aceptan como algo normal que padre e hija tengan relaciones sexuales. Por otro lado, para integrarse en la sociedad, siempre busca casarse con mujeres adultas para ocultar sus verdades intenciones. Primero con su primera esposa, Valeria; y segundo con Charlotte, la madre de Lolita. Así se aparece al lector como un ser extremadamente controlador y calculador, que vive con un miedo constante a ser descubierto y que autojustifica su deseo sexual, achacando la culpa a esos seres a los que denomina 'nínfulas'.

Estas 'ninfulas' son jóvenes niñas y preadolescentes -entre nueve y catorce años-, aún por desarrollarse a los que Humbert atribuye determinados atributos que le atraen. Entre ellos, la característica de que las 'nínfulas' se saben poseedoras de un gran atractivo para hombres como él y lo usan a su antojo para provocarle. El lector se pregunta aquí si esta provocación de Lolita es meramente un pensamiento de la imaginación desbocada del protagonista o en verdad, la Lolita de doce años no es tan inocente y, sabedora de su futuro potencial como mujer, juega con la atracción que siente Humbert Humbert.

Es entonces cuando entra en juego la madre de Dolores, Charlotte, que aparece ante Humbert como un obstáculo a superar para poder llegar hasta Lolita. A los ojos del profesor, Charlotte se muestra celosa de la belleza y las atenciones que Humbert prodiga a Lolita y manda a ésta lejos durante el verano y el curso escolar para tener al protagonsita para ella. La imaginativa mente del profesor arderá febrilmente en busca de soluciones para estar cerca de Lolita, manteniendo siempre la imagen de ser un padrastro preocupado por su hijastra y no un hombre lleno de deseo sexual. Para ello, comienza a idear mil maneras de que Charlotte deje de interponerse y él pueda pasar a ser el tutor legal de Lolita.

La narración del protagonista en primera persona nos acerca aún más a su forma de pensar, dejando al lector decidir si la realidad es tal y como él la describe o los hechos son distorsionados por la forma de pensar y actuar del protagonista. A veces Humbert se justifica, culpando a Lolita de su deseo sexual; otras veces hace gala de ese humor crítico para caracterizarse como un personaje patético, a merced del destino y la disposición de la joven Lolita. A medida que narra los hechos, el lector experimentará diferentes sentimientos: antipatía por el protagonista, pena por Charlotte o impotencia ante la situación que vive Lolita y de la que no puede escapar.

El lenguaje culto, educado y suave del que hace alarde el protagonista al narrar la crónica de su aventura con Lolita no hace que el lector se quede indiferente antes las tretas y las artimañas a las que el protagonista se ve inducido para mantener cerca a Lolita: amenazas, mentiras, engaños que pretenden mantenerla atrapada en la red de Humbert y que no pueda huir. El lector solidariza ante la imposibilidad de Lolita de escapar, pues cada vez que desaparece, Humbert se sume en la más absoluta locura. La joven, cansada de ese estilo de vida, de las amenazas y la intransigencia del protagonista que le impiden vivir una vida normal, como la de cualquier adolescente, hacen que poco a poco, a medida que crece, Lolita se muestre como una adolescente rebelde, respondona, con cambios bruscos de humor y de opinión, que sumirán a Humbert en el más puro anhelo y desconcierto.

Finalmente, Lolita logrará escapar del profesor y empezar una vida nueva, lejos de Humbert. Este vuelve a reencontrarse con ella cuando Lolita tiene 17 años, y aún a pesar de haber pasado su etapa como 'nínfula', Humbert descubre que sigue amándola, a pesar de que descubre que no puede tenerla. Sin embargo, Humbert no se queda satisfecho hasta que busca al culpable de ayudar a Lolita a huir de él años atrás. La locura se apodera del profesor que se tranquiliza en cuanto encuentra su venganza ante quien le arrebato a su nínfula. En ese momento acaba el relato de los hechos y se descubre la situación actual del profesor: Humbert Humbert termina en un psiquiátrico, finalizando su relato como un alegato final ante el juzgado que va a tomar la decisión de condenarlo a prisión o no por los delitos cometidos.

En conclusión, Lolita es una obra magistral de la literatura moderna. Los personajes de la historia están magníficamente caracterizados y la psicología que subyace dentro de la obra daría para un extenso ensayo. Hacen falta varias lecturas de esta novela para que el lector pueda apreciar los diferentes matices y significados que Nabokov quería criticar y destacar con esta obra.

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