Anagrama | 392 págs. | 11.90 €
"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse en el tercero, en el borde de los dientes. Lo-li-ta.Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura, sobre un pie enfundado en un calcetín. Era Lola cuando llevaba puestos los pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos siempre fue Lolita."
De
esta forma comienza la obra más célebre del escritor ruso Vladimir
Nabokov. Lolita, está considerada como una de las obras destacadas de la
literatura universal y en concreto, de la literatura moderna. No exenta
de polémica, el argumento se centra en la obsesión sexual que siente
Humbert Humbert, un profesor universitario europeo, por Dolores, una
joven americana de doce años.
Esta
obsesión por las jóvenes pubescentes a las que denomina 'nínfulas'
comienza en la adolescencia de Humbert Humbert. Un verano, conoce a
Annabel, la hija de los señores Leigh, con quién su tía guarda relación.
Bajo la estricta vigilancia de sus familias, la relación de ambos
adolescentes avanza lentamente hasta que alcanza su punto álgido con una
cita infructuosa. Los jóvenes no llegan a satisfacer su deseo sexual
por lo que Humbert Humbert empezará a buscar nínfulas para intentar
satisfacer ese deseo malogrado.
En
un tono intimista, personal y muy característico del personaje que es
Humbert Humbert, el lector se sumerge en la historia de la obsesión que
da sentido a su vida. Humbert se presenta a sí mismo como un hombre
diferente al resto, un hombre con unos intereses sexuales que no están
socialmente aceptados. Así, para justificar su interés sexual por
Lolita, hace continuas referencias a diferentes tribus o sociedades que
aceptan como algo normal que padre e hija tengan relaciones sexuales.
Por otro lado, para integrarse en la sociedad, siempre busca casarse con
mujeres adultas para ocultar sus verdades intenciones. Primero con su
primera esposa, Valeria; y segundo con Charlotte, la madre de Lolita.
Así se aparece al lector como un ser extremadamente controlador y
calculador, que vive con un miedo constante a ser descubierto y que
autojustifica su deseo sexual, achacando la culpa a esos seres a los que
denomina 'nínfulas'.
Estas
'ninfulas' son jóvenes niñas y preadolescentes -entre nueve y catorce
años-, aún por desarrollarse a los que Humbert atribuye determinados
atributos que le atraen. Entre ellos, la característica de que las
'nínfulas' se saben poseedoras de un gran atractivo para hombres como él
y lo usan a su antojo para provocarle. El lector se pregunta aquí si
esta provocación de Lolita es meramente un pensamiento de la imaginación
desbocada del protagonista o en verdad, la Lolita de doce años no es
tan inocente y, sabedora de su futuro potencial como mujer, juega con la
atracción que siente Humbert Humbert.
Es
entonces cuando entra en juego la madre de Dolores, Charlotte, que
aparece ante Humbert como un obstáculo a superar para poder llegar hasta
Lolita. A los ojos del profesor, Charlotte se muestra celosa de la
belleza y las atenciones que Humbert prodiga a Lolita y manda a ésta
lejos durante el verano y el curso escolar para tener al protagonsita
para ella. La imaginativa mente del profesor arderá febrilmente en busca
de soluciones para estar cerca de Lolita, manteniendo siempre la imagen
de ser un padrastro preocupado por su hijastra y no un hombre lleno de
deseo sexual. Para ello, comienza a idear mil maneras de que Charlotte
deje de interponerse y él pueda pasar a ser el tutor legal de Lolita.
La
narración del protagonista en primera persona nos acerca aún más a su
forma de pensar, dejando al lector decidir si la realidad es tal y como
él la describe o los hechos son distorsionados por la forma de pensar y
actuar del protagonista. A veces Humbert se justifica, culpando a Lolita
de su deseo sexual; otras veces hace gala de ese humor crítico para
caracterizarse como un personaje patético, a merced del destino y la
disposición de la joven Lolita. A medida que narra los hechos, el lector
experimentará diferentes sentimientos: antipatía por el protagonista,
pena por Charlotte o impotencia ante la situación que vive Lolita y de
la que no puede escapar.
El
lenguaje culto, educado y suave del que hace alarde el protagonista al
narrar la crónica de su aventura con Lolita no hace que el lector se
quede indiferente antes las tretas y las artimañas a las que el
protagonista se ve inducido para mantener cerca a Lolita: amenazas,
mentiras, engaños que pretenden mantenerla atrapada en la red de Humbert
y que no pueda huir. El lector solidariza ante la imposibilidad de
Lolita de escapar, pues cada vez que desaparece, Humbert se sume en la
más absoluta locura. La joven, cansada de ese estilo de vida, de las
amenazas y la intransigencia del protagonista que le impiden vivir una
vida normal, como la de cualquier adolescente, hacen que poco a poco, a
medida que crece, Lolita se muestre como una adolescente rebelde,
respondona, con cambios bruscos de humor y de opinión, que sumirán a
Humbert en el más puro anhelo y desconcierto.
Finalmente,
Lolita logrará escapar del profesor y empezar una vida nueva, lejos de
Humbert. Este vuelve a reencontrarse con ella cuando Lolita tiene 17
años, y aún a pesar de haber pasado su etapa como 'nínfula', Humbert
descubre que sigue amándola, a pesar de que descubre que no puede
tenerla. Sin embargo, Humbert no se queda satisfecho hasta que busca al
culpable de ayudar a Lolita a huir de él años atrás. La locura se
apodera del profesor que se tranquiliza en cuanto encuentra su venganza
ante quien le arrebato a su nínfula. En ese momento acaba el relato de
los hechos y se descubre la situación actual del profesor: Humbert
Humbert termina en un psiquiátrico, finalizando su relato como un
alegato final ante el juzgado que va a tomar la decisión de condenarlo a
prisión o no por los delitos cometidos.
En
conclusión, Lolita es una obra magistral de la literatura moderna. Los
personajes de la historia están magníficamente caracterizados y la
psicología que subyace dentro de la obra daría para un extenso ensayo.
Hacen falta varias lecturas de esta novela para que el lector pueda
apreciar los diferentes matices y significados que Nabokov quería
criticar y destacar con esta obra.
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